viernes, 27 de diciembre de 2013

Ironman Cozumel 2013... (Primera Parte: El Previo)

Pues ha llegado el momento de reflexionar sobre lo sucedido en Cozumel el 1 de diciembre de 2013.

Tras un inicio abrupto de año -2012 fue un año difícil de superar- un Ironman no estaba por mucho en los planes... Regresar a una vida en la que uno se despierta y ya hay luz de día e irse a dormir ya muy entrada la noche era el objetivo para este año.

Pero bueno, la vida te da lo que necesitas no lo que quieres... Así que terminé regresando al deporte de resistencia (a.k.a. Endurance Sports), inicialmente el objetivo era este año realmente empezar a conocer el deporte desde abajo, ya tenía en mi haber la hazaña de estrenarme en el mundo del triatlón con un Ironman, ahora había que experimentar más dentro del deporte, otras distancias sobre todo, para ver que era lo que quería hacer, y es así como inició un año que se convirtió en un éxito total, no solo mantuve mi estabilidad laboral, me di el lujo de viajar, entrenar, conocer gente y acercarme a mi familia.

Al final este año iba a tener como objetivo el 70.3 de Cozumel (Medio Iron pa los cuates), pero volvemos a la vida, no más no te da lo que quieres si no lo que puedes manejar, y por que no el destino en la forma de falta de vuelos para Cozumel o Cancún en esas fechas me mandó un mensaje claro... Te chingas otra vez y si ya lo hiciste una vez lo haces dos, tres y las que sean necesarias: Si te vas a Cozumel... pero para el 1 de diciembre so... empieza a entrenar duro que no va a ser Medio va a ser Full!!!

Flesh & Blood (Sacifice)...

Tras varios baches en el camino: un entrenamiento en el cual no creía, cambios de gimnasio esperando un centro de entrenamiento que nunca llegó, muchas horas de entrenamiento en solitario (esa es la cosa con los triatletas, somos muy solitarios y hasta ahora lo entendí), gente con mala vibra esperando verme fracasar, etc etc etc...

Pues bien, empezaron a llegar las buenas: gente nueva con una actitud más parecida a la mía para enfrentar la vida y las competencias, Pancha Elvira Revolutions (que se ha convertido en mi ídola), horas y horas de entrenamiento en solitario pero con un enfoque diferente (ya no necesitaba un equipo a mi lado, conmigo basta y sobra), un club con una alberca olímpica preciosa, un gimnasio equipado con algo más que promesas que me ayudó a recuperar el tiempo perdido y entre otras cosas la más destacable: Este año no me enfrenté a mi más grande fobia, este año le pasé por encima, pero no por que fuera un chingón, simplemente por que fue algo que trabajé con tiempo y disciplina.

Don't stop believing...

Así fue como llegué al 29 de noviembre, me levanté y lo primero que pensé fue que este año no estaba ni remotamente tan preparado como el anterior, pasé la mañana convenciéndome de que la experiencia del año anterior tenía que valer de algo. Afortunadamente unos pendientes del trabajo me mantuvieron entretenido unas horas, otras cuantas las pasé rastreando la ubicación de Pancha Elvira, quien muy linda se reportó esperando en el hotel justo antes de despegar. El vuelo transcurrió sin contratiempos, unos cuantos videos y canciones para motivarme, silencio y meditación...

Another day in paradise....

Los dos primeros días en la Isla pasaron lentos, como buenos enemigos nos estuvimos midiendo, un clima hormonal que cambiaba a cada segundo, lluvia, sol, aire, arcoiris, lluvia torrencial, olas que llegaban hasta la otra acera del malecón, practicas de natación canceladas. Salí a correr el sábado, ese día antes del registro llevé a Pancha al otro lado de la isla para sentir el viento... dios esto va a estar del nabo... Charly, mi mecánico, me decía: Esto va a estar duro Oscarín, demonios!! pensaba yo...

¿Cómo vienes este año Vertti? parecía preguntar a cada segundo la isla, pues mal entrenado pero decidido era mi respuesta...


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